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Mostrando entradas de noviembre, 2020

inundación

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Nos merecemos un viajecito. Ha sido mucho tiempo ahorrando para poder tener la casa, solo un par de días en algún lugar apartado de todo. Y parecía buena idea; al menos antes de que el agua nos llegara por la barbilla y empezáramos a preguntarnos cuánto aguantará este maldito poste o, en caso de tener que aligerar peso, quién será el primero en soltarse o en que lo suelten. Y no, no había manera de preverlo; ni siquiera la gente de aquí lo esperaba. Al menos no pensaban que fuera a ser para tanto. La cuenca de esta zona apenas lleva la mitad de su capacidad en temporadas de lluvia; pero hoy ha tocado una de esas tormentas que guerrea desde bien arriba; una tromba de agua coronada de rayos y truenos que arroya desde su inicio y recoge de todas esas zonas que hemos ido convirtiendo en semiáridas a lo largo de los años, hasta crear unas pistas de lanzamiento que multiplican el caudal con cada nuevo desagüe y acaba generando un torrente salvaje que lo arrasa todo. Ahora, con el

Arquitectura inmersiva

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A la hora de preparar una partida tendemos a pensar desde el punto de vista del Evocador; a ver a los jugadores como el elemento externo sobre el que hay que actuar para que se desarrolle la historia. Hablamos de argumento, personajes no jugadores, tramas, metatramas, subtramas y, si quieres, de mcguffin . Una vez ya en mesa, hablamos de tono, énfasis y narración de partida; de cómo presentar una escena de acción , de terror o de otras dimensiones  como la onírica.  Y ahí seguimos pensando desde el rol del Evocador, a fin de conseguir la atmósfera necesaria para que los jugadores entren en el ambiente y la historia se genere sólidamente sobre la mesa de juego. Esas son las armas del Evocador, aquellas con las que cuenta para crear ese marco ambiental en el que se están moviendo los personajes. Pero son las decisiones y acciones de esos mismos personajes lo que mueve la partida. Las armas del Evocador no sirven para ensamblar piezas en un tablero fijo, sino que construyen a

Aquelarre

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Tal día como hoy, hace 30 años, un tal Ricard Ibáñez acababa de finalizar el mismo códice que un buen puñado de gente se disponía abrir, con los dados en una mano y el manual de historia en la otra. Tal día como hoy, hace 30 años, nació Aquelarre, el juego de rol demoníaco medieval, ambientado en la Península Ibérica... Fue nuestro primer juego de rol y empezamos pisando firme.  La primera vez que rodé dados frente a un manual fue en esta España medieval del siglo XIV. En una feria con stands para gente joven, dejé a un colega enganchado en el stand de ajedrez y me fui hacia un lugar donde se oían dados y gente de un club llamado Roby organizaba una partida a eso del rol... Acabé subido en un barco llevando un alquimista con un palo, unos botes de algo parecido al fuego griego... y terminé la jornada entre llamas y con muchas ganas de repetir. El Aquelarre fue el primer manual que me compré. el de la portada verde en catalán,  con las geniales ilustraciones de Montse Franso

La posada de Kirevo y Badmia

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Si buscas un buen sitio para descansar y comer en la zona oeste de La Havenoj , en el término de la Malturo , ese es sin duda la posada de Kirevo y Badmia. Si preguntas a cualquiera de los lugareños por un lugar en concreto, usará siempre la posada como punto de referencia. Pero no pienses en un gran edificio con todas las comodidades como la gigantesca ciudad-posada de Valocervo ni en las lujosas estancias de la Ripozo de Sorgio . El negocio de Kirevo y Badmia es una pequeña casa de tierra y piedra situada en lo alto de una colina en medio de la zona boscosa meridional, lindando con la frontera de las tierras de nadie. El matrimonio, oriundo de Sereixo, construyó la posada para dar de comer a la gente de la zona: leñadores, cazadores y algún comerciante que hacía negocio con el vecino clan de Gorub o con las, menos aconsejables, tierras de nadie. Pero poco a poco ha ido ganando renombre y raro es el día que no se encuentra lleno. Porque, eso sí, los dueños han mantenido e