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Mostrando entradas de agosto, 2020

Generando características

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  A la hora de engendrar nuestro personaje todos queremos que quede bien, que todo lo expuesto en la ficha funcione correctamente, que nos permita vivir las aventuras de una forma fluida y, los más temáticos, primamos que sea como él sea a cualquier otro criterio más práctico. El primer gran escollo llega con las características y depende del juego que tengas entre manos el cómo aparezcan esos números en la hoja de personaje. Existen 2 modos: aleatorio y repartiendo puntos. Dos opciones que tendrán defensores y contrarios a ultranza y el consabido punto intermedio que siempre brota, si se riega, a partir de cualquier choque. En el método aleatorio los dados ruedan y mandan. Existe un tope (la máxima cantidad que puede conseguirse con el número de dados que se estén lanzando) y un mínimo. Cada dado tiene un mínimo de 1 lo que hace que los valores de uno y otro personaje puedan variar enormemente. Así con 3d6 (3 dados de 6 caras para los profanos) podemos ir por la calle y cruzarnos con

Rupturas

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Todos hemos tenido esa trama que en papel queda tan redonda como el último capítulo de la segunda temporada de American Horror Story. Sabes que cuando todo acabe, quedará la sensación de haber jugado una pedazo de aventura y si es final de campaña ya es para sacar los pompones, tirar fuegos artificiales y esperar a los coros celestiales. Pero no, resulta que en medio de la historia viva que se monta en la mesa de juego, los personajes dan tantos giros de rosca que acaban saltando el tapón y desventando el bebercio. A ver, hay mil y una maneras de reconducir la trama, de poner las mismas piezas en lugar distinto para que todo case; pero a veces la decisión de los jugadores es tal que no tiene sentido seguir las líneas fijas que tenías pautadas. Si llega un momento en que la situación se convierte en un tira y afloja entre el Evocador y los jugadores, si se divide la mesa, algo se ha perdido en Camelot. A veces hay que recordar que el Evocador no está contando una historia, escribiendo u

In nomine satanis

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  ¿Si pudieras librar la eterna batalla del cielo contra el infierno; con quién irías? ¿Lo tienes claro?, luego hablamos... De eso mismo va el In Nomine Satanis / Magna Veritas, un juego de rol francés que Joc Internacional publicó por estas tierras allá por el 1994; ángeles contra demonios en el planeta tierra actual. Alas contra cuernos en la misma calle por la que vas a por el pan. Pero nada de ponerse serio, que el jugo de este juego sabe a humor, humor negro, pero humor. Para empezar, ni todos los demonios son tan profesionalmente crueles ni los ángeles tan preocupados por el bienestar del ser humano. Dentro de cada bando los Arcángeles o Príncipes Demonio, son los que dictan la forma de actuación de sus servidores, o al menos en eso andan, por lo que, tanto en un bando como en otro, tenemos el jaleo que asegura la sana mezcla de diversidad de opiniones, cerrazón de mollera y un porrón de poder elevado al cubo. Los demonios suelen pensar que los humanos son seres debiluchos, biche

Cementerios

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Una práctica común en muchos grupos de juego es la de tener guardadas las fichas de los personajes fallecidos. A veces se guardan con anotaciones de la fecha, campaña, forma en que murió y alguna pepita de oro en forma de frase final. Se cuelgan en algún lugar especial o se guardan en una carpeta designada para tal efecto. Estos cementerios están para consultar y recordar. Es un rito funerario muy curioso y digno de apreciar. La mayoría de las veces, al menos para quienes no disponían de un local de juego, esos legajos los guardaba el Director de juego, Master, Narrador, Evocador o Guardián. Apenas fue mi caso; yo devolvía esos alter ego en 2D a sus legítimos dueños. Hubo un tiempo en que los guardaba; pero pasado el tiempo prudencial en que los papeles se revelaran totalmente carentes de vida, incapaces de volver a la mesa de juego aunque fuera entre mis manos, encontraban el descanso final en las llamas de la chimenea; y alguno cayó estando aún vivo, pero eso fue más cosa de despiste