Rupturas


Todos hemos tenido esa trama que en papel queda tan redonda como el último capítulo de la segunda temporada de American Horror Story. Sabes que cuando todo acabe, quedará la sensación de haber jugado una pedazo de aventura y si es final de campaña ya es para sacar los pompones, tirar fuegos artificiales y esperar a los coros celestiales.

Pero no, resulta que en medio de la historia viva que se monta en la mesa de juego, los personajes dan tantos giros de rosca que acaban saltando el tapón y desventando el bebercio.

A ver, hay mil y una maneras de reconducir la trama, de poner las mismas piezas en lugar distinto para que todo case; pero a veces la decisión de los jugadores es tal que no tiene sentido seguir las líneas fijas que tenías pautadas. Si llega un momento en que la situación se convierte en un tira y afloja entre el Evocador y los jugadores, si se divide la mesa, algo se ha perdido en Camelot.

A veces hay que recordar que el Evocador no está contando una historia, escribiendo un relato o grabando una película. Está pintando un cuadro cuyas líneas cambian de acuerdo a las acciones de los jugadores y las motivaciones del propio mundo en el que se mueven; contamos con tantas variantes que la naturaleza de lo que se construye es fluido, vivo, voluble, vibrante y, cuanto mejor, más impredecible. En esta orquesta el Director de juego expone una partitura básica, los intérpretes deciden las florituras y es tarea del Director tomar todo eso en vuelta y unificarlo debidamente. Si se consigue aunar cuanto escoge cada uno de los integrantes de la mesa, en una misma historia, la experiencia de juego es una gozada.

Así que cuando se quiebre la trama, cuando esa historia increíble se despedace y no haya forma de reconstruirla sin romper el ambiente de juego; toca empuñar una de las mejores armas que tiene el Evocador, la improvisación; analizar lo que hay sobre la mesa de juego, reconocer el sonido de cada uno de los jugadores y continuar la sinfonía. Es posible que más adelante podamos retomar aquella trama, pero si no es posible es sencillamente porque la historia ya es otra, es vuestra; así que adelante con ella.



Buena historia, buen relato conjunto.

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